Nuestros perros son parte de nuestra familia. No concebimos viajar sin ellos, porque todo es mejor si lo compartimos con ellos. Pese a todo, hay circunstancias que nos pueden “obligar” a dejarles momentáneamente solos en la habitación del hotel, como por ejemplo para desayunar, comer y cenar.
Si se dan estas situaciones, ya sea por este motivo o porque el lugar que vamos a visitar pueda resultar demasiado estresante para nuestro peludo, es importante que no supongan ningún problema para nuestro peludo. Se trata, en definitiva, de que sepa que vamos a volver y que no sienta, en ningún momento, la más mínima sensación de peligro, ni tampoco ansiedad por separación ni miedo al abandono.
Tengo que dejar a mi perro solo en la habitación del hotel, ¿consejos?
El objetivo es que, si tenemos que dar al perro solo en la habitación del hotel, el animal no se altere lo más mínimo, que permanezca tranquilo y no ocasione ninguna molestia al resto de huéspedes (por ejemplo, ladridos).
Para conseguir esto, lo ideal es que, si tenemos que dejar a nuestro perro solo en la habitación del hotel, lo hagamos después de haber pasado con él un tiempo de calidad y se haya ejercitado lo suficiente. De este modo, cuando le dejemos solo, aprovechará para descansar y, probablemente se echará a dormir.
En todo caso, para asegurarnos de que todo está bien y que la situación es la idónea, nuestra recomendación es que, antes de abandonar la habitación, paséis también un tiempo con él dentro de la propia habitación, sin hacer nada. Se trata de que no haya movimiento, de que pueda relajarse adecuadamente y que empiece a ceder al sueño. En este sentido, darle un masaje también podría ser una buena idea.
Así, tras un rato de tranquilidad, sin movimiento ni estímulos, podemos probar a dirigirnos al baño de la habitación para ver su reacción. Si nuestro perro se mueve ipso facto y nos sigue, es que no está preparado para quedarse solo. Puede ser, incluso, síntoma de una cierta ansiedad por separación. Sin embargo, si nos movemos al baño y el perro no se inmuta, el siguiente paso será intentar salir de la habitación.
Cuando lo hagamos, esperaremos fuera unos minutos para asegurarnos de que el perro permanece tranquilo y que no hay ningún ladrido. Por supuesto, esto no nos ofrece una absoluta seguridad de que la tranquilidad continúe durante todo el tiempo que permanezcamos fuera, pero sí nos indicará que puede darnos “problemas” en caso de que, nada más salir, el silencio ya no sea la nota dominante.
Otros consejos si tengo que dejar a mi perro solo en la habitación
Además del proceso de adaptación y de la forma de “comprobar” la idoneidad de que nuestro perro pueda quedarse solo en la habitación sin generarle un conflicto, estos breves consejos pueden ayudarnos en el proceso:
- Déjale uno o dos juguetes a su alcance, con los que pueda entretenerse y canalizar su frustración, en caso de que esta se produzca. Deberán ser juguetes interactivos o chucherías, los que más le gusten y, sobre todo, que no le generen excitación. Una buena opción serán los juguetes olfativos o para mordisquear, o bien aquellos que sean comestibles como los huesos prensados.
- Avisa siempre en recepción de que vas a dejar al perro solo en la habitación y facilítales el número de teléfono en el que vas a estar localizable, para que puedan llamarte de inmediato de ser necesario.
- Existen también algunas aplicaciones instalables en móviles y/o tablets con las que podrás vigilar qué hace tu perro cuando no estás con él en la habitación. A través de ellas, si visualizas demasiado movimiento, inquietud, jadeos u otros indicativos de estrés canino, sabrás cuándo debes volver a la habitación para evitar que la situación se descontrole.