Al igual que los humanos, nuestros queridos compañeros de cuatro patas también pueden sufrir de estrés. No solo eso, el estrés canino puede venir provocado por situaciones que, a priori, nosotros vemos carentes de riesgo y de estrés pero que a nuestro peludo pueden generarle ansiedad e inseguridad y derivar en problemas de conducta y agresividad.
Así, a la hora de prevenir el estrés canino, es muy importante que le demos a nuestro perro el tiempo necesario para conocer los nuevos entornos, para comprobar que éstos son seguros y, en definitiva, para familiarizarse con ellos poco a poco. Como explica el experto en educación canina Nicolás Planterose, “la única manera de que un perro entienda que un sitio es seguro es poco a poco”. Así, primero tiene que sentirse a gusto consigo mismo y, después, irá abriéndose al exterior poco a poco.
Esto es aplicable tanto al llegar a un nuevo hogar, como al salir de paseo y realizar, por primera vez, determinada ruta. Por ejemplo, la primera vez que vayamos con él al parque. “A veces, cuando salimos de paseo, no dedicamos suficiente tiempo a que pueda observar qué está pasando para que la próxima vez que salga a la calle lo entienda mejor, sepa qué puede esperar (tenga las expectativas claras) y se sienta seguro”, explica Planterose.
Esto que puede parecer demasiado obvio, o que nosotros podemos llegar a considerar “innecesario”, no solo no lo es, sino que puede ser fundamental para que nuestro perro se sienta seguro y para evitar situaciones de estrés canino. Anticipándonos a este tipo de situaciones y dándole tiempo para asimilar el entorno, estaremos trabajando el llamado “estrés probable”, más común si cabe en el caso de perros adoptados con carencias en alguna etapa concreta de su desarrollo.
Posibles causas de estrés canino
Los perros son animales eminentemente sociales, habituados a vivir en manadas y en libertad. A la hora de convivir, para comunicarse utilizan las llamadas “señales de calma” a través de las cuales transmiten lo que les ocurre y lo que sienten. Gracias a ellas, han conseguido durante tiempo vivir en armonía y sin grandes altercados.
Al pasar a compartir su vida con nosotros, los humanos, los perros han “perdido” sin embargo parte de su libertad, ya que esa época en la que podían vivir en libertad y salir y entrar de casa cuando quisieran, ha quedado en el pasado. Cada vez son más quienes pasan muchas horas en soledad, quienes salen únicamente a la calle con correa… y todo ello en un ambiente de ruidos, tráfico, prisas y en entornos que consideran inseguros porque no han podido tomarse el tiempo suficiente para comprenderlos y analizarlos.
En estas situaciones de estrés potencial, de miedo y/o de ansiedad, muchas veces tratarán de comunicarse con nosotros mediante las llamadas “señales de calma” y, si no somos capaces de entenderles, terminarán por responder de forma inadecuada a las situaciones que lo han provocado, eliminando además esa forma de comunicación vital no solo con nosotros, sino también con otros animales, y derivando en conductas agresivas. Por eso, es muy importante que aprendamos a comunicarnos con ellos, que intentemos entender porqué reaccionan de determinada forma y que, como decíamos antes, les demos tiempo para adaptarse y hacer su propio reconocimiento del entorno en el que viven y en el que se desenvuelven.
Síntomas de estrés canino
Por supuesto, el primer paso a la hora de combatir el estrés canino será detectarlo. Para ello, nos serán de utilidad una serie de síntomas que se derivan de dicho estrés y que son los siguientes:
- Jadeo
- Hiperactividad
- Falta de concentración y atención
- Reacción excesiva ante algunas situaciones
- Aumento del ritmo cardiaco
- Mayor frecuencia a la hora de hacer sus necesidades
- Vómitos y diarreas
- Aumento de la sed y, por tanto, mayor ingesta de agua
- Salivación excesiva
- Autolamido obsesivo
- Conductas obsesivas (o estereotipias)
- Pérdida de pelo
- Pérdida de apetito
- Mayor sensación de letargo
- Rigidez muscular
- Ausencia de “señales de calma”
Cómo combatir el estrés canino
Además de darles tiempo para adaptarse y para conocer el entorno en el que viven, lo que podría servirnos para prevenir la aparición del estrés canino y las situaciones que lo provocan, os damos una serie de tips básicos para tratar de aplacar el estrés canino en caso de que llegue a aflorar.
- Mejorar el vínculo entre perro y humano
- Reducir los movimientos bruscos y rápidos
- Detectar los estímulos que lo causan y reducir su exposición a ellos
- Más ejercicio físico
- Optimizar los paseos y tomarlos con más calma
- Establecer rutinas
- Darle masajes
En definitiva, es importante tratar con paciencia y tiempo estas situaciones, apoyarle y ayudarle a superarlas. Al fin y al cabo, a nosotros también nos cuesta superar nuestros propios miedos y necesitamos tiempo y apoyo para conseguirlo.