Viajar por el mundo: de España a Tailandia, en coche

Viajar por el mundo: de España a Tailandia, en coche

¿Cariño, qué te parece si dejamos nuestros trabajos y la vida que tenemos en España para viajar por el mundo con nuestro perro?

Así comenzó la aventura de PerroMochilero, en la que Lauranne y yo (Javier) recorrimos la ruta desde España a Tailandia en coche con Meko, nuestro perro.

Meko, Javier y Lauranne viajaron en coche desde España hasta Tailandia
Meko, Javier y Lauranne viajaron en coche desde España hasta Tailandia

Al principio, nuestra idea inicial era mudarnos con nuestro Golden Retriever a Malta. Pero cuando fuimos al aeropuerto de Málaga para averiguar el precio de billete de avión para nuestra mascota nos dimos un susto: ¡1200€ por Meko y “solo” 80€ por cada uno de nosotros! Aquí fue cuando nos dimos cuenta de la problemática de viajar con perros grandes, las compañías aéreas los facturan como equipaje y va en función del peso y del volumen, y… Meko es grande, pesa casi 40kg. Ante la injusta situación, en vez de desanimarnos, hicimos números y vimos que, invirtiendo ese dinero en gasolina, podríamos llegar muy lejos. No encontramos ninguna referencia en internet sobre cómo cruzar tantos países con un perro, parecía que nadie lo había hecho aún. Pensar en la posibilidad de ser los pioneros y poder ayudar a los próximos viajeros nos dio el último empujón para decidirnos.

Así pues, nuestro periplo por Europa comenzó en abril de 2014. Cruzamos el viejo continente bastante rápido, pero tuvimos suficiente tiempo para visitar algunos de los destinos más icónicos de Europa. En Francia estuvimos en Cannes y en Niza, donde Meko aprovechó para darse unos baños en la playa. Al llegar a Italia nos fuimos directos a Venecia, donde nos dejaron subirnos sin problemas a los barcos y las góndolas con Meko. En general, Italia es posiblemente el país más “petfriendly” que hemos visitado y os lo recomendamos sin dudas.

Meko y Javier en Italia, un país muy petfriendly
Meko y Javier en Italia, un país muy petfriendly

Después seguimos hacia otro de los destinos en los que Meko más ha disfrutado, Eslovenia. Es un país lleno de naturaleza, bosques, ríos y lagos donde Meko, una vez más no perdió la oportunidad de bañarse. Proseguimos con nuestro camino bordeando la costa del Mediterráneo hasta llegar a Dubrovnik.

Croacia no formaba parte de la Unión Europea, por lo que tuvimos que cruzar nuestra primera frontera. Estábamos algo preocupados por la documentación que nos pudiesen pedir para Meko, solo llevábamos el Pasaporte de Mascotas y el chip. El agente de aduanas revisó nuestros pasaportes y nos preguntó si teníamos algo que declarar: «Agente, llevamos un perro» – le contestamos. «¡Y yo tengo una hermana!» – nos replicó a la vez que levantaba la valla. Pasamos nuestra primera prueba, ya empezábamos a sentirnos lejos de casa.

De España a Tailandia, en coche, con un protagonista: Meko
De España a Tailandia, en coche, con un protagonista: Meko

Casi sin darnos cuenta ya estábamos en Turquía y nos encontramos con una situación similar al cruzar la frontera, nadie estaba interesado en nuestro perro. Estuvimos en Estambul, donde también pudimos cruzar de Europa a Asia subiéndonos sin problemas en los ferrys con Meko. Continuamos por la costa mediterránea para seguir disfrutando de los baños que tanto le gustaban a Meko, visitamos Izmir, Bodrum y Antalya entre otros hasta que pusimos rumbo al interior. Fuimos a Capadocia donde Meko, aunque sin playas, siguió disfrutando con su segundo vicio, ¡las piedras!

Seguíamos hacia el Este para adentrarnos en Irán, un país donde los perros están considerados como “impuros”.  Aun así, no tuvimos ningún problema para cruzar la frontera y hasta los guardias fronterizos acabaron jugando con Meko, haciéndoles creer a los transeúntes que él era un perro del ejército. Tenemos que reconocer que viajar con un perro en Irán no es muy recomendable, pero gracias a la inmensa hospitalidad de sus gentes pudimos disfrutar de un mes inolvidable.  Después nos tocaba cruzar otra frontera en mitad del desierto con otro país musulmán, Pakistán. La bienvenida fue desmesurada, nos invitaron a unos aperitivos en pleno Ramadán y nos buscaron una casetilla para Meko. Volvimos a disfrutar de un mes inolvidable, en el que Meko nos ayudó a hacer nuevos amigos y descubrió la nieve mientras explorábamos la cordillera del Karakorum.

Meko, durante el transcurso de su viaje a Tailandia
Meko, durante el transcurso de su viaje a Tailandia

Los meses pasaban rápido en el calendario y ya estábamos en la increíble India. Fuimos a Cachemira, pasamos por Nueva Delhi, bajamos hasta Mumbay y, cómo no, llegamos hasta Goa. Meko llevaba ya meses sin poderse bañar en la playa y sabíamos que lo agradecería. En general la India tampoco nos pareció un buen lugar para viajar con perros, sobre todo por la cantidad de perros callejeros, pero como Meko nunca ladraba a los perros, no tuvimos ningún problema. Sin embargo, en Nepal, sí que disfrutamos muchísimo con Meko, hacer trekking con tu perro por el Himalaya es una sensación indescriptible y muy aconsejable para los amantes de la naturaleza.

Poco a poco nos aproximábamos a nuestro destino, tan solo nos faltaba cruzar Myanmar (Birmania). La frontera con la India había estado cerrada por más de 30 años y la acababan de abrir unos meses antes. Sabíamos que Meko sería el primer perro en intentar cruzar esa frontera y no sabíamos si le dejarían pasar o no. Afortunadamente, como el resto del viaje, jamás nos pidieron ningún tipo de documentación para él.

Finalmente llegamos a Tailandia y nos instalamos en Phuket, un destino de sol y playa como le gustaba a Meko. Habíamos logrado nuestro sueño, viajar por el mundo con nuestro perro. Pero aun nos faltaba una cosa más, ¡casarnos en la playa con nuestro mejor amigo! Y así acaba nuestra aventura viajando con Meko.

Lauranne, Javier y Meko, en la playa
Lauranne, Javier y Meko, en la playa

Epílogo

Pasaron los años y Meko tuvo que decirnos adiós. Su mayor pasión era estar en el agua así que buscamos una playa escondida para que descansara en paz frente al mar. En su honor creamos una campaña solidaria para ayudar a las ONG’s en defensa por los animales. Recaudamos fondos a través de una cuenta de afiliados de Amazon, para que, sin que tus compras te cuesten más, puedas ayudar a salvar de algún otro peludo de cuatro patas que te necesita. ¡Contamos contigo!

Foto de familia: Lauranne, Meko y Javier
Foto de familia: Lauranne, Meko y Javier

Fotos y texto: Lauranne & Javier (PerroMochilero.com)

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