El juego del laberinto «trufero»

El juego del laberinto «trufero»

Se acercan tiempos de muchas horas en casa y de paseos mínimos con nuestro perro, como ya os indicamos en nuestros consejos para pasear al perro durante el confinamiento

Sin embargo, hay multitud de actividades que se puede hacer con el perro en casa y con ningún o muy pocos recursos. Durante los próximos días os vamos a enseñar unos pocos que se pueden hacer de forma artesanal en nuestros hogares.

En este artículo vamos a hablar del laberinto de rastreo, que no es más que un circuito de olfateo para nuestros perros.
Está más que demostrado que 20 minutos de olfateo equivalen a 1 hora de actividad, ya que suponen un reto mental para nuestros canes. Además es un ejercicio de relajación excelente para que durante, las restricciones de movilidad actuales, nuestro perro permanezca relajado y durmiendo el máximo tiempo posible.

Es esencial que el perro esté ajeno a lo que estamos preparando, por lo que lo ideal es que él estuviese en el sofá durmiendo o tranquilo. Si le damos alguna orden de quieto, puede generar más ansiedad o tensión. Si es posible y no genera más estrés, podemos dejarlo con la puerta cerrada en el salón mientras le preparamos el circuito.

El circuito debe estar preparado antes de iniciarse el juego. No queremos que el perro nos vea dejar comida ya que le damos la práctica hecha.

La idea es dejar trozos de comida por la casa a modo de circuito. Empezaremos dejando los premios en sitios de fácil acceso, prácticamente a la vista, para que el perro de forma fácil lo encuentre. Lo iremos acompañando a lo largo del circuito, para que si en algún momento se frustra y no encuentra el premio, podemos acercarnos disimuladamente al lado para que el perro nos acompañe.
Podréis comprobar que cuando el perro lleva varios premios, se activa su modo rastreo y ya solo irá con el olfato rastreando.

Ni que decir tiene, que la comida que le demos durante el juego, habrá que restarla de su ración diaria, ya que con la baja actividad en este tiempo, hay que revisar al máximo la dieta de nuestros perros.

Podemos aprovechar en estos juegos para que objetos que normalmente les tiene miedo, como por ejemplo aspiradores o escobas, dejar algún premio cercano. Esto no hará más que reforzar el superar los miedos a dicho objeto. Si detectamos que no es posible, cogeremos el premio y se lo daremos. Al final consiste en que el perro disfrute con la actividad y quizá no esté preparado todavía.

Se puede dejar ciertos premiso debajo de vasos de plástico, hueveras, rincones de difícil acceso, debajo de trapos de cocina, etc…

Una vez acabado el juego, lo ideal es fomentar la calma, por lo que intentaremos ponernos a leer un libro, ver la televisión, escuchar música a un volumen bajo. Veréis como vuestro amiguete peludo le invade la tranquilidad y en pocos minutos está durmiendo.

Podréis comprobar que los primeros juegos quizá hay que guiar un poco a nuestro perro, pero confirme vaya adquiriendo experiencia, se activará y desarrollará más el olfato y la técnica para este juego.

 

 

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para que otros amantes de los perros puedan practicar.

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