Como muchos de vosotros sabréis, cuando se adquiere (esperamos que todos adoptéis y no compréis) un perro de raza catalogada como «potencialmente peligrosa» hay que tramitar una serie de permisos y licencia para poder pasear a estos estupendos animales. Ten en cuenta que, dependiendo del sitio en el que vivas, razas como el Bóxer, Bull Terrier y Pastor Alemán pueden estar incluidas o no…
En mi caso, soy un propietario de un American Staffordshire Terrier en Zaragoza y recientemente realicé la obtención de una licencia para la tenencia de perros potencialmente peligrosos. Más concretamente una renovación de licencia.
Cómo renovar una licencia para perros potencialmente peligrosos, paso a paso
Antes de nada, os aconsejo que este trámite lo realicéis a través de internet. Desde el 2007 todas las administraciones públicas deben habilitar la manera de realizar sus procedimientos de forma telemática, por lo que la obtención de la licencia en cualquier sitio de España debería de poder realizarse con el DNI electrónico.
La primera vez realicé el trámite de forma física y tuve que emplear toda la mañana para pedir certificado de penales, ir al ayuntamiento, etc… Por lo que en esta ocasión lo realicé desde mi casa con toda la documentación previamente obtenida.
Paso 1: Verificar que tienes un DNI electrónico válido
Por lo tanto, nos vamos a centrar en el proceso con DNI electrónico. Lo primero de todo tendrás que tener tu certificado del DNI electrónico sin caducar y la clave privada correcta. Para asegurarte de ello, puedes desplazarte en cualquier momento a una comisaría de Policía Nacional que tenga Kiosko de DNI-E. Y por supuesto adquirir un lector de DNI electrónico válido para el DNI español.
Paso 2: Reconocimiento médico de aptitud física y psicológica
Ahora es momento de realizar el reconocimiento médico de aptitud física y psicológica. Este certificado es válido para un año, por lo que puedes realizarlo semanas o meses antes de la adquisición / renovación de la licencia. Tengo que decir que este reconocimiento lo he realizado 2 veces. En ambas ocasiones se ha limitado a darme un formulario que debo escribir de forma manuscrita, en el que se me preguntan cosas del tipo: ¿Qué has aprendido de tu perro? ¿Qué has enseñado a tu perro? ¿Tienes tendencias suicidas? ¿Cuando te enfadas pierdes los papeles?
Es decir, nadie en su sano juicio rellenaría este cuestionario perjudicándose o indicando respuestas negativas … Este «test», en realidad, lo debería realizar un profesional médico realizando una evaluación psicológica de verdad y no limítandose a dejar de la mano del cliente las respuestas…
En Zaragoza el test ronda los 35€-40€ y al final solo importa que un médico autorizado certifique que eres APTO. Por tanto, busca la empresa de reconocimientos autorizada más barata que encuentres.
Paso 3: Seguro de responsabilidad civil
Ya sabemos que tenemos que tener seguro de responsabilidad civil. El importe asegurado depende del sitio en el que solicites la licencia. Recomendamos que te pongas en contacto con Terránea, ya que si tu perro es adoptado te dan el seguro gratis durante un tiempo.
Ahora es momento de presentar toda la documentación, habitualmente los documentos serán los siguientes:
– Instancia general, indicando que se solicita la licencia para la tenencia de perros potencialmente peligrosos.
– Fotocopia del DNI, carnet de conducir o equivalente.
– Certificado original de aptitud física y psicológica expedido por un centro de reconocimiento autorizado. Ya lo hemos hecho previamente.
– Declaración jurada de no haber sido sancionado por delitos graves. Es como ‘jurar’ que no has cometido delitos, ya que en un paso posterior ellos comprueban dichos datos de forma fehaciente.
– Fotocopia de la póliza del seguro de responsabilidad civil. Aquí suele haber problemas si hay dos asegurados, por lo que verifica que en el certificado de la póliza aparezcan todos los propietarios / asegurados o tendrás problemas.
– Certificado de antecedentes penales. Antiguamente había que ir a solicitarlo presencialmente, pero ahora puedes dar permisos al ayuntamiento para que pueda acceder a dichos datos. ¡Un punto positivo para los ayuntamientos, ya que había que perder tiempo!
– Justificante de pago de la tasa. Cuando esté todo correctamente presentado, te facilitarán un impreso para que puedas pagar en un banco cercano. En Zaragoza es de 35,30€. Como novedad, ahora si presentas varias licencias al mismo tiempo (por ejemplo si una pareja es propietaria de un Pitbull), la tasa se paga una única vez.
Trámites añadidos en caso de que se trate de una nueva licencia
Si no es una renovación, sino que se trata de una licencia nueva para perros potencialmente peligrosos, además de los pasos anteriores deberás registrar al animal en el Registro de Animales Potencialmente Peligrosos acreditando la licencia adquirida, nº de microchip, un certificado emitido por tu veterinario acreditando que el animal se encuentra en buen estado y la cartilla del perro.
Como puedes ver todo se limita a rellenar formularios y a pagar, pero en ningún momento se realizan pruebas para verificar que vas a tener un correcto manejo de un perro, que al final es de lo que debería tratarse. En ningún momento se evalúa el comportamiento del perro o la obediencia en casos cotidianos como cruzarse con otro perro o saludar a una persona / niño.
Además, algo que me parece bastante injusto es que ya que no se puede pasear más de un PPP por persona con licencia. Es decir, una única persona con licencia no puede pasear a dos Rottweiler al mismo tiempo, pero sí podría pasear su Rottweiler junto a 4 dogos alemanes de 70 kilogramos cada uno.
Y, si vamos más allá, el hecho de que tengan que ir permanentemente atados con una correa de 2 metros y con bozal, es incompatible con una correcta socialización y gestión de miedos e inseguridades, lo que incrementa las posibilidades de que tu perro se vuelva reactivo ante algunas situaciones. Todos los estudios ‘modernos’ concluyen en que catalogar a los perros por razas es incorrecto y que la inmensa mayoría de los ataques de perros se deben a consecuencia del mal uso de collares, correas; o por la mala gestión del estrés del perro.